Libros

De la piedra a la forma:
Riachuelo una escuela transformadora
LA OBRA DE MARIA CRISTINA ZERPA Y JESUALDO SOSA
Ediciones DEL TABA
Publicación del Taller Barradas
Instituto Uruguayo de Educacion por el Arte
Colabora: Junta Departamental de Montevideo
Resolución: JDM - N° 8885 del 9/12/2004
El libro está a la venta en:
MONTEVIDEO: Psicolibros, Mercedes 1673
Desde el interior del país y el exterior, puede solicitarse a
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www.psicolibroswaslala.com
El presente trabajo fue realizado entre los años 2000 y 2004, por el Circulo de Investigación del Instituto Uruguayo de Educacion por el Arte – Taller Barradas.
Fue financiado por el Fondo del Desarrollo Creador, integrado por el aporte de Docentes que han brindado su experiencia generosamente y de los participantes a los diversos Encuentros Internacionales de Educación por el Arte que ha organizado esta Institución, y la valiosa contribución de la Junta Departamental de Montevideo.
Muchas y prolongadas jornadas dedicadas a sacar a luz una experiencia que nosotros creemos debe ser difundida por los valores conceptuales que contiene y que aún tienen vigencia.
En la redacción del texto, se utilizaron diversas formas, pero a lo largo del mismo tratamos de hacer hablar a los protagonistas, evitando en lo posible síntesis o resúmenes.
El valor de los contenidos así lo ameritaba.
INTERVINIERON EN LA INVESTIGACION
Asesoramiento: Facultad de Ciencias Sociales, Dpto. de Investigación: Sociólogo
Carlos Basilio Muñoz.
Redacción Final: Salomón Azar, Helena Bertrán, Josseline Cabanne, Liliana
Callejas, Maria Elizabeth Ivaldi, Alicia Ruiz, Cecilia Vilarrubi.
Recolección de Información y realización de fichas de investigación: Salomón Azar, Simonne Azar, Graziela Basso, Helena Bertrán, Josseline Cabanne, Liliana Callejas, Violeta Comunale, Maria Elizabeth Ivaldi, Alicia Ruiz, Brenda Silvera, Graciela Solé, Alejandro Vila, Cecilia Vilarrubi.
Observación Grupal: Mayori González.
Diseño Tapa: Yanny Ippoliti
Fotos y obras pictóricas de la experiencia: gentileza de la familia Sosa
Coordinación General: Salomón Azar
PROLOGO MARTA DEMARCHI
“Canteras de creación” es el resultado de una investigación, iniciada en abril del 2000, por un equipo integrado por educadores egresados del Instituto Uruguayo
de Educación por el Arte - Taller Barradas, que coordina el Prof. Salomón Azar y el Departamento de Investigación de la Facultad de Ciencias Sociales.
El trabajo da cuenta de ritmos no presurosos y críticos para recuperar la identidad emanada del grupo y de la experiencia indagada, y resignificar así, lo sustantivo en ambos, vale decir, la expresión: “ como instrumento social de innegable trascendencia”,
“...porque la expresión es un medio de relación transferible del individuo con su sociedad, que aparece en cualquier forma y en cualquier tiempo” 1
La opción metodológica, en una perspectiva cualitativa, (entrevistas abiertas, análisis de fuentes, grupo de discusión), resulta francamente pertinente, ya que permite la determinación dialéctica de sentido, mediante la operación
de desentrañar significados.
Cabe resaltar que el espacio grupal, diría más, la “envoltura grupal”, (Anzieu D. 1986)2 facilitó la recuperación de la subjetividad real de los propios sujetos de la experiencia de Canteras, devolviéndoles la voz y el protagonismo, mediante una construcción sólida, rigurosa y organizada.
El equipo, desde su espacio profesional, desde sus saberes, no sólo comprende y capta el papel esencial que ha detentado y detenta la expresión en la educación, sino que piensa que aun hay muchas cosas no dichas, muchas cosas
que deben ser dichas y oídas.
La investigación rescata, en la singular atmósfera de los años 30, la experiencia llevada a cabo en la escuela de Canteras de Riachuelo, como pieza fundamental en la concreción de la expresión en la escuela pública. Sin lugar a dudas, el dispositivo, el centro de la experiencia, es la expresión, la expresión que sólo es lo que es, en un contexto o situación determinada.
En ese escenario, con vigor y energía surge Jesualdo que con pensamiento propio y original, plantea frontalmente sus convicciones en tanto intelectual comprometido, que no se conforma con lo obvio, ni con la linealidad del sistema,
que ejerce el control autoritario de los contenidos y de los procesos de aprendizaje.
“En ese rincón encantado de Riachuelo”, se destaca la figura de María Cristina Zerpa, no solo como la directora, que reconoce que a los docentes les corresponde iniciativa
y responsabilidad a la hora de elaborar la oferta educativa, y les otorga el espacio necesario, sino como quien “empieza la experiencia tomando a la escuela como centro social...
Ella tenía un carácter de mucha simpatía era muy aceptada por la población Allanó toda la relación entre la escuela y la comunidad, terreno ya ganado cuando llegó Jesualdo”
Sin lugar a dudas Jesualdo continúa este relacionamiento con la realidad social:
“En el sentido de situar concretamente mi función, quizás nada me fue más benéfico, ni aclaratorio de la pedagogía, que dejar de pensar un poco en la teoría de los libros y mirar más los alrededores que servían de escenario a mi experiencia.
Mirar el mundo que se desenvolvía entre los habitantes, los obreros de una aldea canteril, próxima a Colonia del Sacramento, en donde estaba situada la escuela”
Para el equipo de investigadores las figuras del pasado no son estáticas, se interpretan y reinterpretan a la luz del presente, en animado diálogo. Desde esta óptica todas las disciplinas reconocen la existencia de clásicos, que pueden
ser interrogados, como asegura A Giddens:
“Según mi punto de vista, los clásicos son los fundadores que nos hablan de algo que aun se considera pertinente. No se trata simplemente de anticuadas reliquias, sino que se les puede leer y releer y constituyen un foco de reflexión sobre
los problemas y las cuestiones de actualidad”
El aporte de Jesualdo es clave para este equipo que trabaja desde su elaboración conceptual y desde la práctica cotidiana, en el devenir autónomo del sujeto, propiciando un individuo imaginativo y reflexivo, abierto a la creación. Los
educadores por el arte confirman en sus saberes y su hacer diario, que: “un pasado vivo no puede existir más que para un presente creador y abierto al porvenir”
Ejemplo de cómo se anudan pasado y presente, de este bypass entre ambos, lo encontramos en los capítulos VI y VII de la publicación, donde se elabora en forma sucinta, “a modo de esquema”, lo dicho por Jesualdo con relación al lenguaje y al dibujo.
El capítulo XI “líneas generales sobre el método”, particularmente en la valoración de “el aula a cielo abierto” y de la observación, nos ofrece otro ejemplo del diálogo pasado presente, al articular la experiencia investigada con planteos posteriores (Oroño D.1951; Aymerich C. y M. 1970)
El entorno, en el que se incluyen naturaleza, libertad y educador, como disparadores de la expresión, ejerció un fuerte impacto del que dan cuenta las producciones y los testimonios de los alumnos, así como la vivencia del equipo:
“Algo mágico se estaba produciendo cuando el grupo de investigación de este trabajo desembarcó en Canteras” En resumen, consideramos que este trabajo, al historiar esta experiencia, reabre una cuestión no resuelta en la escuela, vale Decir, la expresión como mecanismo por el que la subjetividad se manifiesta y como el instrumento que vehiculiza la capacidad para establecer relaciones. Asimismo reivindica desde la teoría y desde la empiria la significación de la expresión y del arte como dispositivos para innovar en educación.
Sustancialmente, retoman aquello que también en la década del 30, dijo Dewey:
“Pero nuestra revolución es, en efecto, una reflexión sobre la educación, que procede con métodos tan literales que excluyen la imaginación y no tocan los deseos y emociones del hombre”